Fabiola Pierinna: Peluquera Canina, alguna vez practiqué aikido, vegana. Siempre un filtrado, jamás un espresso.
Cuando Godines se empezó a meter en el mundo del café, no pescaba mucho. De hecho no me gustaba el café. Tomaba latte simple con leche entera, sirope de vainilla o caramelo, azúcar y algún pastelito bien dulce. Recuerdo que empece a tomar capuccino por recomendación de Andrés Vega, para que empezara a sentir el sabor del café. Pase al cappu simple, sin sirope pero con endulzante y llegue hasta el cappu doble solito. Traté varias veces de tomar espresso pero nunca logré agarrarle el gustito. Me acuerdo que una vez la Majo me dio un espresso con indicaciones para procesar toda la información en boca, aprecié mucho el momento y la paciencia de la Majo pero aunque entendía lo que me decía nunca me gustó. Lo he intentado una que otra vez pero para mi un espresso es demasiada información para una taza tan chica.
En fin, pensé que mis cafecitos serían disfrutados con leche para siempre hasta que llegaron los filtrados a mi vida. No recuerdo con exactitud como y cuando pasó, pero fue amor al primer sorbo. Una bebida suavecita, amable con mis papilas y con sabores fácilmente reconocibles. Bueno, en realidad aún me cuesta un montón reconocer bien todos los sabores, pero al menos identifico cuando es frutal, floral, chocolatoso, cítrico, etc.
Conocí varios métodos filtrados, unos me gustan más que otros. Algunos sólo me gusta ver cuando son preparados. Mi favorito sin duda alguna es la Aeropress simplemente porque es la que mejor me queda. Además no se porque pero cuando preparo una Aeropress me siento segura, confiada, como si supiera exactamente que hacer y en que momento hacerlo {pero improviso caleta la verdá}. No me pasa con otros métodos, me pongo nerviosa, me siento insegura, pregunto mucho y actúo poco. Al final creo que tanta inseguridad se ve reflejada en la taza y no me gusta como me quedan.
Siempre me he sentido como una espectadora del mundo cafetero, nunca protagonista. Y aunque este proyecto me pone un poco en el protagonismo, prefiero seguir atrás del teclado, conversando con ustedes y relatando sus experiencias. De los cafecitos se encarga el Godi.